martes, 7 de febrero de 2012

Deutsche Bank alias "La muerte tenía un precio"

Aunque me esté mal el decirlo, esta vez el alias para nuestro nuevo sospechoso de haber matado a Kenny ha salido casi sin pensar. La codicia y la inmundicia de los mercados se cogen de la mano de nuevo para conseguir sorprendernos una vez más. Y eso que el concepto que tenemos de los mercados es tan malo que pensábamos que ya lo habíamos visto todo y no podían caer más bajo. Pues no, podían.

Hoy ha salido a la luz que el mayor banco alemán, el Deutsche Bank, ofrece un producto a los inversores en el que apuestan a la esperanza de vida de personas de estadounidenses de la tercera edad. Dicho así ya produce escalofríos, pero si se explica se puede llegar al vómito en tiempo récord. Por decirlo fácil, si la persona de referencia vive más años de los que marca su esperanza de vida, gana el banco, pero si muere prematuramente gana el inversor.

Pero si eso resulta vomitivo ya de por sí, lo peor de todo es que en dos emisiones de este tipo de producto se ha llegado a una inversión de 200 millones de euros.

Esos son los mercados que se regulan solos, los que apuestan a la muerte o no de alguien que para ellos no es más que un número (en el mejor de los casos) y del que sólo interesa si se muere antes o después, para saber quién gana. No me quiero imaginar la alegría del inversor que gana con la muerte prematura de una persona, aunque no tenga ni idea de quién sea, pero bueno, eso mismo pasa con los que dicen que las guerras generan empleo, y se les tiene por grandes pensadores.

Según publica El Mundo, "El presidente de la Asociación de Seguros de Vida Secundaria alemana (BVZL), Christian Seidl, considera sin embargo que "no se debe polemizar sobre este tipo de fondos como una apuesta sobre la muerte". "El modelo de negocio de dicho fondo es, en nuestra opinión, moralmente aceptable. De lo contrario, prodríamos inferir que cualquier compañía de seguros de pensiones se beneficia de la muerte temprana de los asegurados", justifica". Como si no fuera así.

Y esto no lo ha sacado ningún arrepentido ni nadie que al enterarse haya decidido tirar de la manta. Ha sido un grupo de inversores que ha denunciado que las tablas que ofrece el banco no son correctas, pero claro, a favor del banco. Pura codicia.

Así que, al próximo que me vuelva a decir eso de que los mercados se autorregulan, que hay que hacer reformas para que no se pongan nerviosos, o toda esta sarta de sandeces que se han puesto de moda, que sepa que no me importaría hacer lo posible para reducirle su esperanza de vida a cero. Y a lo mejor, hasta hay inversores contentos.

2 comentarios:

  1. Al fin y al cabo no es tan distinto como los mercados de futuros que apuestan a la baja. Aquí se apuesta por la muerte de un anciano y en los otros por la muerte de un país. Me producen un asco similar ambas cosas, que conste.

    También lo vimos en "La Lista Negra", una de las de Clint eastwood haciendo de Harry el Sucio donde se apostaba a gente con posibilidades de palmar. Solo que en aquella alguno pretendía hacer trampas y acelerar el proceso. ¿Harán lo mismo los inversores del DB? ¿Acabar con algunos ancianetes haciendo "que parezca un accidente" para proteger su inversión?

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  2. Esto es, como decían los mayores, pa mear y no echar gota. Estos tíos (por llamarles algo) empiezan a apostar por la muerte de los mayores, y mientras, como no da dinero, cortan el patrocinio del Gugenheim de Berlín, lo que hace que cierren. Está claro, los bancos o ganan o ganan, y que al resto del mundo le den por donde amargan los pepinos.

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