martes, 25 de septiembre de 2012

Artur Mas, alias "el ventajista"


Tras unos meses de sequía "bloguera" y viendo que se amontonan los borradores sin publicar, me he decidido por abrir una cuenta a Artur Mas, que últimamente se lo está ganando a pulso.

Durante el verano no han faltado sospechosos (unos más habituales que otros) que han dado motivos para tener cuenta abierta, pero por previsibles no merecía la pena hablar de ellos. Sería algo así como si acusáramos a Cristiano Ronaldo de ser chulo. Que sí, que es verdad, pero que tampoco constituye el mayor descubrimiento desde el arroz con leche.

En este caso, simplemente me apetece hablar de alguien que representa últimamente una forma de polítca que no me gusta nada, puesto que no se basa en las ideas, sino en el victimismo y, a mi juicio, en un racismo bien presentado, puesto que nadie defiendo lo suyo por encima de lo demás a no ser que lo considere superior a lo otro. Por poner un ejemplo, yo puedo considerarme muy español, pero no se me ocurrirá nunca decir que la democracia española es mejor que la democracia inglesa. O tampoco diré que me parece mejor la playa de la Malvarrosa que la de Maspalomas, por muy valenciano que sea.

Un nacionalista necesita un opresor, y si no existe se lo inventa. Y en este caso hay más de lo segundo que de lo primero. Me parece muy bien que el señor Mas esté enamorado de Cataluña, que para eso es catalán, pero nada más lejos de la realidad el pensar que el resto de España dedica ni siquiera una parte de su tiempo a oprimir a Cataluña. Es más, a una gran parte nos importa tres pepinos lo que haga Cataluña. Como lo que haga Castilla y León, La Rioja, Andalucía o Melilla, siempre en función de dónde viva cada uno, claro.

Eso sí (y aquí viene la parte de ventajista), el señor Mas, que dijo que no asistiría a la manifestación de la Diada por responsabilidad institucional, ahorrándose así la posibilidad de encabezar la manifestación si resultaba un fracaso, no dudó en tomarla como una manifestación de apoyo incondicional a su persona cuando vió que fue un éxito. Enseguida se agenció una reunión con Mariano para decirle que no está de acuerdo con España,  compararse con los europeos del norte y decir que hay hastío de Cataluña con España y de España con Cataluña. En una parte creo que tiene razón, o por lo menos yo sí que estoy harto del mismo raca-raca desde hace años.

Y ahora, en el debate de política general, el equivalente al ex-debate sobre el estado de la nación (y digo ex porque este año Mariano se lo ha fumado como uno de sus puros, supongo que con extra de whisky y vino), en el que se supone que se debe debatir acerca del estado político y de las cuentas de Cataluña, se saca de la manga unas elecciones anticipadas que quiere convertir en plebiscitarias acerca de esa cosa difusa que es el "dotar a Cataluña de una estructura de estado". Como si las autonomías no la tuvieran prácticamente ya.

Como truco de prestidigitación hay que reconocer que está muy bien, porque de un plumazo se ha quitado dos marrones. El primero, que le saquen los colores con los recortes que ha llevado a cabo en este año, que además se ha demostrado que servían de poco y al final no han librado a Cataluña de un rescate por parte del Estado español (y no voy a hacer demagogia, pero hay que reconocer que me la han dejado botando en el área pequeña) y la defensa de dicho rescate. El segundo marrón es el de tener que hacer los presupuestos del año que viene, porque cuando tocara el debate y aprobación de los mismos, las Cortes estarán disueltas y no se podrán aprobar.

Para colmo, los medios nacionales han picado el anzuelo y parece que nos vaya la vida con este tema. En fin, que cada vez creo más que la prensa tiene el mismo problema que los políticos españoles, y que es su absoluto desconocimiento de la realidad.

Y mientras, Artur Mas sacando conejos de la chistera.